lunes, 12 de marzo de 2012

Syd & Alex (se marchan)

          Todavía me cuesta creer lo que les he hecho.
El otro día, borracho de nerviosismo y locura, cogí a Syd por el cuello y lo tumbé en mi cama, sí, violentamente y con seguridad le abrí la camisa y con un cristal de una bombilla rota le hice varios cortes en el abdomen, espero que no se olvide de ello. Mientras tanto, Alex miraba entre aterrorizada e incrédula la bella escena, Syd casi ni se inmutaba pero vi el dolor a través de sus ojos.


Cuando hube terminado ella le abrochó la camisa a Syd sin curarle los cortes, que no eran graves realmente. Luego se fueron de mi habitación: Syd, inexpresivo y con el rostro cubierto por el pelo; Alex, triste, me miró con una mezcla de melancolía y enfado, por último dejó asomar una pequeña sonrisa.

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